Fernando Fernández, director de la empresa exportadora Ganosan, confirmó a Valor Agro que el buque Spiridon II, con casi 3.000 vacas uruguayas, ya completó la descarga en Libia. Según su relato, el conflicto no fue de carácter sanitario, sino un desacuerdo comercial con el importador turco.
Fernández sostuvo que las 3 mil cabezas embarcadas desde Uruguay fueron las mismas que eligió el comprador: “se mandaron todos los animales que ellos seleccionaron, no mandamos otra cosa”, dijo. Aseguró que desde Ganosan “hicimos lo que teníamos que hacer”: vendieron, el comprador pagó y contrató el barco. Luego, remarcó, “el importador se fue”.
Respecto a los señalamientos turcos por falta de certificación veterinaria, el directivo apuntó que el problema se originó “con el importador, no con nosotros”. En su versión, el fondo de la disputa no tiene que ver con la salud de los animales: “los animales estaban sanos y sin problemas”, afirmó.
Fernández también abordó las muertes a bordo: según medios y fuentes externas, cerca de 40 vacas habrían fallecido durante el episodio. Sin embargo, el empresario asegura que sus registros muestran que “todos los animales ya fueron descargados” y que se encuentran con el nuevo propietario en territorio libio.
Además, explicó que, durante la espera en Turquía, las provisiones fueron recargadas: “llegaron en buen estado de salud porque en Turquía se les recargó comida”, comentó. Según él, no existe una responsabilidad sanitaria de Ganosan, sino una falla en el negocio entre privados.
Sobre la elección de Libia para el desembarque, Fernández señaló que “Libia no tiene protocolo de importación de ganado en pie de Uruguay”, y especuló que fue el importador quien negoció directamente con las autoridades locales para permitir la descarga. “Se ve que él arregló con las autoridades para descargar ahí”, comentó.
Por su parte, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay respaldó la versión de que “el caso no implicaba observaciones sanitarias sobre el ganado exportado”, sino un “diferendo entre privados”. Según el comunicado oficial, todos los bovinos fueron embalados bajo normas de bienestar animal y con cuarentena.
Fernández concluyó que Ganosan continuará trabajando con normalidad, pese al episodio: “vamos a seguir trabajando”, aseguró. A su juicio, los reproches deben enfocarse en las cláusulas comerciales y no en el estado de salud del ganado, ya que en su visión la empresa cumplió con los protocolos requeridos, y la disputa fue generada por decisiones del importador.

El buque Spiridon II, con 3.000 cabezas de ganado en pie exportadas desde Uruguay, llegó el 22 de octubre al puerto de Bandirma, en el mar de Mármara, Turquía, pero las autoridades locales impidieron el desembarque de la carga por observaciones vinculadas a la documentación sanitaria exigida para el ingreso de los animales.
Según se informó oficialmente, la negativa se basó en que alrededor de 500 bovinos no contaban con la certificación veterinaria correspondiente o presentaban irregularidades en sus caravanas identificatorias, lo que derivó en la decisión de bloquear el desembarco completo del cargamento, pese a que la mayoría cumplía con los requisitos exigidos.
El barco permaneció varado durante aproximadamente tres semanas frente a la costa turca, período en el que se registró la muerte de unas 40 vacas. Ante la imposibilidad de resolver el conflicto entre el importador y las autoridades turcas, la embarcación inició su retorno hacia Uruguay, aunque durante el trayecto fue redireccionada hacia Libia.
Finalmente, en las últimas horas, el ganado fue descargado en el puerto de Benghazi y entregado a su nuevo propietario, luego de que el importador lograra un acuerdo con las autoridades libias para habilitar el ingreso excepcional de los animales, pese a que ese país no cuenta con un protocolo formal de importación de ganado en pie desde Uruguay.
fuente: valoragro