El Gobierno argentino implementó una medida de retenciones cero para las exportaciones agropecuarias (granos y subproductos) con el fin de incentivar las ventas al exterior y generar divisas.
Se estima que esta medida podría permitir al sector campo aportar hasta US$ 7.500 millones en el período estival (verano) gracias al fin de la campaña de trigo, maíz, cebada y girasol.
Con las retenciones al 0 %, el complejo agroexportador argentino registró un ingreso “aluvión” de dólares: en septiembre se ingresaron unos US$ 7.107 millones, lo cual representa un aumento de ~300 % respecto al mes anterior y ~187 % frente al año previo.
El tope de cupo para exportaciones con retención cero fue fijado por el Gobierno en US$ 7.000 millones, tras lo cual se reintrodujeron los derechos de exportación normales.
Hubo malestar en el sector agropecuario debido a la abrupta vuelta de las retenciones convencionales después de alcanzar el tope del cupo.
Para el sector agroexportador: la medida de retenciones cero significó un incentivo fuerte para acelerar ventas al exterior, generando más liquidez en dólares.
Para el Gobierno: al incentivar las exportaciones, intentaba reforzar las reservas en dólares del país y mejorar el flujo de divisas.
Para la economía general: mayores ingresos de “agrodólares” pueden ayudar a aliviar tensiones cambiarias y mejorar la situación externa del país, aunque la medida también genera debates sobre equidad, efectos fiscales y sostenibilidad.
El cupo de US$ 7.000 millones ya estaba fijado, lo cual sugiere que la cifra “7.500” actúa de tope estimativo más que de certeza.
El impacto real dependerá de variables como los precios internacionales de los granos, el volumen exportado, y la rapidez de las liquidaciones.
La reinstauración de las retenciones convencionales puede reducir el incentivo para nuevas exportaciones y modular los efectos de la medida.
fuente: clarin - chatgpt