

El ingeniero agrónomo Javier Roth visitó los estudios de La Nueva Radio Suárez y trazó un panorama alentador en lo climático, aunque con advertencias hacia adelante. Señaló que las lluvias generalizadas de septiembre, que rondaron los 70 milímetros, llegaron en un momento clave porque aseguraron humedad en el suelo, favoreciendo tanto la campaña fina —con cultivos de trigo y cebada muy bien implantados, fertilizados y sanitariamente estables— como el inicio de la campaña gruesa, con la siembra de maíz prevista para mediados de octubre. También resaltó el impacto positivo en la ganadería, ya que las pasturas y verdeos reciben un beneficio directo de la recarga hídrica.
Al analizar la superficie de siembra, Roth destacó que la cebada viene ganando terreno frente al trigo, impulsada por su mayor rinde en condiciones similares, por la cercanía de la Maltería Pampa que reduce costos de flete y por las ventajas comerciales de la cadena cervecera. A nivel distrital, se implantan entre 170.000 y 180.000 hectáreas de cultivos de fina, con un crecimiento sostenido de la cebada. Su cosecha más temprana —unos 10 a 20 días antes que el trigo— también permite liberar lotes para la soja de segunda, práctica que se consolidó en los últimos años con buenos resultados productivos y económicos, pese al riesgo climático.
El ingeniero advirtió, sin embargo, que la situación es muy distinta en el centro de la provincia de Buenos Aires, donde las inundaciones complican la siembra y hasta impiden el acceso de maquinaria a los campos. Allí, la imposibilidad de sembrar reducirá la superficie de maíz y soja, aunque aún resta esperar cómo evolucionará el clima en los próximos 60 días para dimensionar el impacto real.
Respecto de la coyuntura económica, Roth se refirió a la eliminación parcial y temporaria de las retenciones a las exportaciones agrícolas. Consideró que se trata de una medida positiva, aunque insuficiente: “Argentina debe ser uno de los pocos países del mundo que cobra un arancel para exportar. En general, los gobiernos acompañan a los exportadores porque generan ingreso genuino de divisas. Acá sucede lo contrario”. Recordó que desde la implementación del sistema se recaudaron unos 270.000 millones de dólares en casi 20 años, sin que esos recursos se traduzcan en mejoras visibles en infraestructura rural.
Finalmente, sostuvo que el sector agropecuario responde de manera inmediata cuando cuenta con previsibilidad y menos trabas impositivas. “Cada peso que queda en el interior se reinvierte y multiplica en producción y desarrollo”, concluyó.
fuente: radiosuarez