

La digitalización ya no es un lujo ni una moda: es un paso necesario para que el agro argentino siga siendo competitivo en un mercado global cada vez más desafiante. Pero incorporar tecnología no significa sumar “apps”, sino animarse a un verdadero cambio cultural dentro de las empresas.
Ese cambio empieza por lo más simple y, a la vez, lo más difícil: adoptar nuevos hábitos, registrar datos de manera sistemática, y entender que la información es el insumo que transforma la intuición en decisiones mejores. Sin datos, lo demás es solo un cuento bonito.
Las oportunidades son enormes: mejorar rendimientos, detectar ineficiencias, atraer talento joven e incorporar innovaciones. Pero lo más valioso es que la digitalización le da al productor mayor control sobre su propia información, en un contexto donde anticiparse y decidir bien marca la diferencia.
Y ahora, con la irrupción de la inteligencia artificial, se abre una nueva frontera. Pero hay que ser claros: el primer paso para poder trabajar con IA es tener los datos. Sin datos, no hay algoritmo ni modelo que funcione. La buena noticia es que una vez que la información está ordenada, la IA permite ir más allá: proyectar escenarios, simular decisiones y anticipar problemas antes de que aparezcan. No reemplaza al productor, pero puede ser su copiloto.
Claro que los desafíos son igual de grandes. El principal no es técnico, sino humano: vencer la resistencia al cambio, lograr que los equipos incorporen las nuevas prácticas y, sobre todo, entender para qué lo hacemos. No se trata de digitalizar por digitalizar, sino de generar más valor.
Hoy en Argentina tenemos productores que ya marcan referencia a nivel internacional, pero todavía persiste una paradoja difícil de ignorar: se invierte en maquinaria de última generación y en agricultura de precisión, mientras la gestión sigue atada a un cuaderno o a planillas dispersas. Es como volar un dron de alta tecnología… y anotar los resultados en una servilleta.
Desde Albor aportamos la tecnología al proyecto de digitalización de Aapresid, y lanzamos juntos Aapresid Conecta para tender un puente a quienes aún no dieron ese primer paso. Porque digitalizarse no es un proceso complejo ni una amenaza al trabajo humano: es una oportunidad para crecer, escalar y hacer del agro una actividad más eficiente, atractiva y sostenible.
Y dejo una idea para reflexionar: en un mundo donde la información es poder, el mayor riesgo para el agro argentino no es equivocarse con la tecnología… sino quedarse ciego frente a los propios datos.
fuente: n.a.