sábado 23 de agosto de 2025 - Edición Nº6736

Ganadería | 20 ago 2025

Manejo del dolor en la ganadería: La castración y su impacto en la producción

La Doctora Natalia Aguilar, docente e investigadora del norte del país, abordó en la Jornada de Buenas Prácticas Agropecuarias de Río Cuarto, la importancia del manejo del dolor en prácticas ganaderas rutinarias que repercuten directamente en la productividad.


El concepto de bienestar animal en la castración se destaca como crucial. Según la experta, «es importante manejar el dolor en una práctica rutinaria, como puede ser la castración o el descorne o el desmoche. Principalmente porque eso va a generar un estrés en el animal que va a repercutir en esa primera semana, esos primeros siete a diez días, en el consumo de alimento». 

La especialista enfatiza que el dolor, al ser una «percepción sensorial y emocional del animal ante una lesión», desvía su atención de actividades vitales como alimentarse. Se ha comprobado que el dolor de una castración sin manejo adecuado afecta negativamente el consumo de alimento. «Comen menos en la primera semana», afirmó la experta, un hecho que puede tener consecuencias a largo plazo, ya que el animal que tiene esa repercusión en esos primeros diez días, no siempre lo recupera y no vuelve a ganar lo mismo que otros animales que no han tenido ese dolor.

Para mitigar este impacto, se recomienda el uso de anestésicos y analgésicos. En el caso de terneros jóvenes (de una semana), la castración por bandas puede ser una opción, pero para animales de mayor edad, como los de seis meses, la «castración quirúrgica debe ser realizada en lo posible por un médico veterinario con la utilización de anestésico local y un analgésico general de depósito».

Además, subrayó la importancia de buenas prácticas de manejo, como evitar los gritos y permitir que el ternero regrese con su madre inmediatamente después del procedimiento.

También consultamos a la Dra. sobre la producción de machos enteros jóvenes, comúnmente denominados “MEJ” una práctica que ha demostrado ser muy exitosa. La especialista explicó que los MEJ «ganan un poco más de peso por el simple hecho de mantener su hormona anabólica, que es la testosterona, que ayuda a depositar más rápidamente también masa muscular». Además, al no pasar por la castración, evitan la pérdida de peso inicial asociada al estrés y el dolor.

A pesar de las ventajas productivas, existe una barrera cultural y comercial en el mercado. «El mercado a veces no compra o te paga menos el torito, pero es una cuestión comercial», comentó, haciendo hincapié en la necesidad de educar a los productores y a la cadena de comercialización sobre los beneficios de este tipo de carne.

En relación a la dureza de la carne MEJ, la especialista calificó como mito a esa creencia. «La carne es buena, es buena, es un mito que la carne del macho entero joven es dura, eso depende mucho del manejo». La calidad de la carne, sostiene, está ligada tanto a la producción como a la forma en que se cocina: «Todo depende de cómo hacés el bife», simplificó divertida.

Para finalizar, Aguilar, compartió una reflexión: «Nosotros tenemos la fama de ser buenos productores de carne, pues hagamos mejor las cosas, o sea, y no solo para exportar, sino para comer un buen alimento de calidad para nosotros».

fuente: valoragregadoagro

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