

En medio de una creciente disputa institucional y comercial por la importación de vacunas contra la fiebre aftosa, Pablo Cortese renunció este lunes a la presidencia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina.
Su salida se produjo tras más de 30 años de carrera dentro del organismo, al que ingresó en 1992 y donde había sido designado como máxima autoridad con la asunción del gobierno de Javier Milei.
Según confirmaron diversas fuentes oficiales, María Beatriz “Pilu” Giraudo, exvicepresidenta del Inta y dirigente del agro, será quien lo suceda en el cargo a partir de este martes. Su designación fue propuesta por el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, y cuenta con el aval del titular de la Agencia Regulatoria de la Cadena Agroalimentaria (ARCA), Juan Pazo.
Una renuncia con nombre y vacuna
La decisión de Cortese se aceleró tras semanas de tensiones internas en el organismo y reclamos del sector privado, en particular por el ingreso al país de vacunas antiaftosa importadas desde Brasil por el laboratorio Tecnovax.
Los productos, bajo la marca “Ourovac aftosa Biv” y elaborados por el laboratorio Ourofino Saúde Animal, generaron un fuerte rechazo en el sector local, encabezado por Biogénesis Bagó, que respondió con una carta documento y una intimación legal contra el funcionario y el secretario de Agricultura.
Las vacunas fueron ingresadas como parte de un proceso de evaluación técnica, según argumentaron fuentes del organismo, pero el conflicto escaló rápidamente.
La disputa excedió el plano técnico y se convirtió en una puja política y comercial por la desregulación del mercado veterinario, impulsada por el gobierno nacional para reducir los costos del agro.
Según pudo reconstruirse, los ingresos de vacunas ocurrieron en diciembre de 2024, en dos tandas que totalizaron 8.300 dosis, actualmente interdictas y en custodia tanto en Tecnovax como en el propio Senasa, ya que no superaron la primera etapa técnica del análisis.
La polémica por la importación de vacunas comenzó a inicios de 2025, cuando el Gobierno anunció su intención de desregular el mercado veterinario. Tecnovax había planteado que podría vender las vacunas a mitad de precio respecto a la industria local, que comercializa las dosis a US$1,20. Sin embargo, denunció trabas regulatorias para competir.
En mayo, el Senasa habilitó una resolución con un listado de países autorizados a exportar productos veterinarios a la Argentina. Inicialmente, Brasil no estaba incluido, lo que generó nuevas presiones. Finalmente, el país vecino fue sumado mediante una resolución complementaria, pero el malestar en el sector privado ya era inocultable.
Intimaciones y amenazas de juicio
La tensión llegó a su punto máximo este mes, cuando Biogénesis Bagó envió una carta documento a Cortese y a Sergio Iraeta, intimando a informar sobre el destino de las vacunas importadas y advirtiendo sobre eventuales incumplimientos legales. Incluso, dejó abierta la posibilidad de iniciar acciones judiciales si no se actuaba conforme a la normativa sanitaria.
Giraudo al frente del Senasa
Tras la renuncia de Cortese, el Gobierno designará a Pilu Giraudo como nueva presidenta del Senasa. Ingeniera agrónoma, ex presidenta de Aapresid y hasta ahora vicepresidente del INTA, llega con experiencia técnica y política, en busca de recomponer puentes entre el sector público y privado. Deberá enfrentar un escenario complejo, donde confluyen el desafío de garantizar la sanidad animal y vegetal con una presión creciente por abrir mercados y reducir costos.
fuente: noticiasagropecuarias