sábado 14 de junio de 2025 - Edición Nº6666

Agricultura | 13 jun 2025

El girasol rinde más cuando se siembra en octubre

Las siembras tempranas superan ampliamente en productividad y bonificación por materia grasa a las de noviembre y diciembre.


En el 1er Congreso Puro Girasol, convocado por Advanta en la Sociedad Rural de Río Cuarto, el consultor privado Mauro Mortarini ilustró sobre la importancia de sembrar el oleaginoso en fechas de octubre para “hacer la diferencia”.

El especialista argumentó con datos de las campañas 2020 a 2024, que revelaron que las siembras de inicios de octubre registraron los techos más altos de rendimiento y materia grasa, atributos clave para la rentabilidad del cultivo.

Mortarini aseveró que la fecha de siembra tiene un peso decisivo explicando 63% de la variación en la materia grasa, muy por encima de factores como el ambiente o el genotipo.

Y advirtió que, por ejemplo, las siembras tardías de mediados de diciembre pueden recortar el rendimiento en casi 40%, y reducir las probabilidades de bonificación por contenido de aceite en más de 10%.

 

El “secreto” de octubre está en la radiación y el régimen térmico. Las siembras tempranas permiten al cultivo atravesar la floración en condiciones de temperaturas moderadas y aprovechar una mayor radiación solar en el llenado de granos. Además, las menores temperaturas entre siembra y floración reducen el estrés térmico y favorecen una estructura vegetativa más eficiente.

Por el contrario, cuando la implantación se retrasa a mediados de noviembre o diciembre, el cultivo atraviesa etapas con condiciones más extremas, lo que se traduce en una pérdida de rendimiento y calidad.

Mortarini reforzó además que la fecha de siembra “debe ir acompañada de un manejo sanitario adecuado”.

Malezas

Pero el especialista habló también del manejo integrado de malezas, remarcando la “importancia del barbecho químico”, considerando variables como textura del suelo, pH, materia orgánica y vida media de los herbicidas.

Al uso de herbicidas residuales los aconsejó entre mayo y 10 de junio. Para el uso de “hormonales” recomendó que se un combinado de componentes.

Con el cultivo avanzado el uso de herbicidas desecantes debe ser planificado con al menos 14 días de anticipación a la cosecha, cuando el cultivo alcanza la madurez fisiológica, que se identifican por el contenido de humedad del fruto.
En el caso de las plagas principales apuntó sobre los insectos defoliadores; en estos casos, exhortó a realizar monitoreos frecuentes para “evitar daños irreversibles en etapas tempranas”.

En sus conclusiones, Mortarini destacó el potencial del girasol con especial atención en que la fecha de siembra sea en octubre, “hacer barbechos largos”, que se implante en “lotes profundos” y hacer una “precisa” elección del cultivar. “El cultivo además debe ser acompañado con un manejo agronómico y sanitario ajustado para transformar ese potencial en resultados concretos”. 

fuente: noticiasagropecuarias

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