Nacionales | 21 abr 2025
La Provincia contra el descuartizamiento del INTA
El gobierno bonaerense dice que Milei atenta contra el desarrollo tecnológico del agro.

Mientras el gobierno nacional opera un achicamiento y descuartizamiento del INTA, la provincia de Buenos Aires fomenta el desarrollo tecnológico y científico en el campo. Por eso, volvió a apoyar la organización de Tecnobio, la muestra que reúne a decenas de empresas que crean desde biofertilizantes hasta nuevos sistemas para la aplicación de pesticidas. Toda la labor se nutre de la premisa de reducir el consumo de agroquímicos que atentan contra el ambiente, así como también limitan la vida útil del suelo y, en paralelo, su productividad.
“Desde el primer día del gobierno de Milei hay un ataque sistemático al INTA, así como al CONICET, a las universidades y todo lo que es ciencia y tecnología”, subraya Rodríguez a Buenos Aires/12. “Implementaron un programa de retiros voluntarios, instalaron la premisa de que el personal que se jubila no se reemplaza y, así, distintos grupos de trabajo del Instituto están en una situación cada vez más complicada”, resalta el ministro de Desarollo Agrario que integra el gabinete de Axel Kicillof. .
Rodríguez, que en cada ocasión que puede señala la gravedad de la política de Javier Milei sobre el INTA, advierte que “la producción con biológicos tiene un enorme potencial, pero queda clarísima la necesidad de un desarrollo científico tecnológico para que eso se cristalice”.
Las palabras del ministro se dieron luego de la cuarta edición de las Jornadas de Tecnologías para el Agro y la Producción de Biológicos, o Tecnobio, se llevó a cabo en Tandil. La localidad gobernada por Miguel Ángel Lungui es, precisamente, la sede de un cluster tecnológico donde también se llevó a cabo la primera Mesa Provincial de AgTech, o agrotecnología, a fines del año pasado.
Allí se dieron cita más de 3 mil personas que caminaron por la muestra que congregó a más de 25 empresas del sector y 12 organismos públicos e instituciones. Rodríguez explica que el mercado de insumos biológicos representa 18 mil millones de dólares anuales y cuenta con una tasa de crecimiento anual del 14 por ciento debido a la alta demanda.
“En Argentina tenemos entre 130 y 150 empresas, y en la provincia de Buenos Aires hay muchas PyMEs vinculadas a estos desarrollos que acompañan la tendencia de reducir a cero el uso de agroquímicos”, detalla el ministro.
Hoy en día, asegura, en 8 de las 16 chacras experimentales con las que cuenta la Provincia y dependen de su cartera se están llevando adelante ensayos de este tipo de productos, donde se combinan iniciativas del ministerio, del sector privado y de distintas universidades. Pero el desguace del sistema científico y tecnológico a nivel nacional golpea estos avances.
En el mundo de las pequeñas y medianas empresas, también observan con preocupación lo que sucede en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Román González, de Bonus Plant, una de las firmas que estuvieron presentes en Tecnobio, afirma a este medio que “cree mucho en el INTA, dado que uno de mis proyectos era trabajar con ellos por renombre nacional e internacional, y desde que nos vinculamos con el acuerdo con el INTA en San Nicolás es excelente el trabajo que hacen”.
En su planta de Baradero produce biofertilizantes y lamenta que “a pesar de la conciencia de cuidar la tierra que tienen todos, el interés económico predomina siempre y la oferta de químicos tiene mayor peso”. Además, subraya, “tiene que haber una mano del gobierno para frenar los agroquímicos, cosa que ahora fue al revés”.
La referencia de González es al doble decreto, el 101 y 214 de 2025, vitoreados por Federico Sturzenegger. “Básicamente da por autorizados todos los fertilizantes de países serios y elimina la necesidad de informar el movimiento del fertilizante a granel excepto para el nitrato de amonio”, detalló en su red X el ministro de Desregulación y Transformación del Estado que responde a la motosierra de Milei.
En paralelo, el INTA esta en plena “resistencia”, como define Julieta Boedo, delegada de ATE en el Instituto. En la última votación del Consejo Directivo, indica, “votó el destrozo total del INTA”. “No sólo le quitaron funciones al director nacional del Instituto y generaron una figura que viene a ser un interventor, sino que buscan cerrar más de 200 delegaciones y reducir la cantidad de empleados de 6100 a 4500”, señala la dirigente sindical.
Desmantelamiento científico
Al hablar de lo que sucede en el INTA, Rodríguez trae a colación lo que sucedió el último viernes 28 de marzo y el 15 de abril. A fines de marzo, el Consejo Directivo del Instituto, conformado en partes iguales por el sector público y el sector privado, decidió por 9 votos contra 1, “un plan de achicamiento”, como define Julieta Boedo de ATE.
De los diez integrantes, el presidente Nicolás Bronzovich, su vice, los cuatro vocales que representan a las entidades rurales de la Mesa de Enlace, el vocal designado por la Secretaría de Agricultura, el que representa a las facultades de agronomía y el delegado de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), levantaron su mano a favor “una intervención brutal del INTA con reestructuración y pases a disponibilidad, avanzando con la institucionalidad el organismo y contra la ley que lo creó”, dice Boedo.
Solo votó en contra Guillermo Bernardes, médico veterinario que lleva la voz de, precisamente, las facultades de Ciencias Veterinarias.
Este último martes, la propuesta que trajo el Gobierno nacional recibió la aprobación para su implementación. En esta ocasión, Veterinaia repitió su voto negativo pero se le sumó la Federación Agraria. Así, con la ausencia del representante de Agronomía, el resultado fue 7 a 2.
“Ya entregaron edificios, analizan la venta de terrenos del INTA, quieren reducir un 30 por ciento el personal, y ahora están con este plan del Ministerio de Economía de Luis Caputo porque le quitaron al director nacional las funciones de comunicación, recursos humanos y financiera y ahora todo recae en el Consejo”, explica la delegada sindical.
En estos momentos, ATE se encuentra en estado de asamblea permanente. “Están rompiendo con las redes comunitarias, ya cuando llegaron desfinanciaron el programa Pro Huerta que dependía del Ministerio de Capital Humano donde técnicos y promotores ofrecían servicios a través del INTA para acompañar a familias y a la pequeña producción”, apunta.
“Esto que digo no entra en el modelo de país que pregona este Gobierno nacional”, asegura Boedo.
Días atrás, el ex titular del INTA, Carlos Paz habló con la revista ¿Y ahora qué? y puntualizó sobre varios ejes que menciona Boedo. “En la Pampa Húmeda hay una cantidad de asesores y técnicos en el sector privado, pero en otros puntos eso no está presente. En otros lugares la única alternativa está en la oficina del INTA para la transferencia: Misiones, Chaco, Formosa. Allí, el 80 por ciento de los productores son pequeños o medianos. Las personas que manejan los destinos del INTA tienen que tener en cuenta esa complejidad. Incluso en la Pampa Húmeda”, explicó.
El rol del Estado
Rodríguez pone en valor el rol de Tecnobio. Entre otras cuestiones, por el fortalecimiento de una visión regional. “Acá te encontrás con otro tipo de producciones respecto a Expoagro, por eso hubo charlas vinculadas, por ejemplo, al cultivo de papas, pero lo que hay y se vio en ambas es una gran intriga acerca de cómo evoluciona la economía argentina, puntualmente, la macroeconomía”, relata.
El ministro remarca que la muestra contó con la presencia, principalmente, de empresas medianas, pequeñas y emprendedoras. La misma caracterización, dice, estuvo presente en los productores que asistieron a las capacitaciones y stands de las distintas firmas que expusieron sus desarrollos.
En esta edición, a su vez, el ministerio organizó una ronda de negocios internacional. Con la presencia de dos empresas brasileras, dos uruguayas y dos bolivianas, se llevó a cabo un compilado de reuniones bilaterales. González, de Bonus plant, detalla que “fue muy productivo y cinco de las seis se fueron muy interesadas con nuestros productos.
La firma de González nació en 2022. Luego de vivir siete años en Alemania, trabajar para una multinacional del sector químico y una experiencia poco fructífera con un socio italiano, decidió lanzar su propia marca. Hoy produce fertilizantes orgánicos a base de estiércol animal, puntualmente, de vaca y pollo. “La biofermentación controlada es la base de mi negocio”, indica en relación a la elaboración de sus productos que tiene como destino la horticultura y la siembra de frutillas.
“De la mano del INTA y de un centro de educación de La Pampa hoy tengo tres productos registrados y tres en desarrollo, y ahora estoy sacando la línea de aplicación para jardines y viveros”, relata. Y agrega un dato que significó un antes y un después: “En 2021, con el traspié de la sequía, me anoté en un programa del Ministerio de Desarrollo Agrario, y un año y pico después me llamaron para una ayuda financiera que hizo que hoy esté donde esté”.
Hoy, la principal traba que ve en su futuro González es enfrentar la potencia comercial de los agroquímicos. “Pasa que el agroquímico es como si le tirás un shoot de lo que necesita la planta, pero el suelo se desgasta, esto ya lo vimos”, relata el empresario. “En cambio, los fertilizantes orgánicos aportan mucho menos para la planta, pero sí a la tierra, por eso en el uso del cultivo extensivo es más difícil de competir”, concluye su explicación.
Como el camino para salir de los agroquímicos puede ser a largo plazo, la Provincia también organizó una competencia de aplicadores. Son los responsables de rociar los pesticidas en los campos. Rodríguez explica que son un eslabón poco visibilizado, por lo que se organizó, dentro de Tecnobio, un concurso que evaluó cualidades técnicas de quienes se ocupan de aplicar estos productos en los cultivos.
Además, en paralelo, también participaron de la muestra fabricantes de tecnología que optimiza la aplicación de agroquímicos. Hoy en día, señala el ministro, los químicos llegan de manera más precisa a sus objetivos. De esta manera, las dosis evitan derrochar recursos y castigan menos al suelo. Igualmente, Rodríguez remarca la importancia de fomentar los biofertilizantes y potenciar la agroecología en la provincia de Buenos Aires.
fuente: pagina12


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